LA INTERNET Y LA EXPRESIÓN PERSONAL
Por: Orlando Cárcamo Berrío
El tiempo y el espacio han sido por siempre unas de las barreras más fuertes que ha tenido el hombre para llegar adonde ha querido ir. Gracias al desarrollo de las TICs, tenemos la posibilidad superar en gran medida la dependencia espacial y temporal. Ciertamente la radio comercial y aficionada, la televisión y la prensa escrita acortaron las distancias entres los hombres durante el siglo pasado.
No obstante son medios que técnicamente no pueden ser manejados por el ciudadano promedio, salvo la radio aficionada para la cual se necesita licencia del gobierno, conocimientos especializados y algo de dinero para invertir en equipos y antenas. Hace unos años pasé por la experiecia de radioaficionado y sé de sus ventajas y limitaciones.
El dominio de la pantalla
La Internet y todas las tecnologías asociadas, por el contrario, tienen la nunca antes imaginada posibilidad de llegar más lejos que los medios masivos de comunicación. Pero lo que hace a la Internet un recurso aún más sorprendente es que permite que cualquier ciudadano interesado, sin tener estudios especializados ni licencia del gobierno, pueda comunicarse libremente con el mundo entero.
Muchas personas se preocupan de que sus hijos pasen horas frente al ordenador y llegan a decir que están enviciados en el ordenador o computadora pero no se preguntan por qué. Aunque ellos (los padres) pasan horas al día frente al televisor, ven como una amenaza la atracción que los ordenadores ejercen sobre los jóvenes y los niños. Creo que lo que nos mantiene pendientes de un monitor es la posibilidad de manejar lo que sucede dentro de él; es decir, la posibilidad de ser autónomos, la capacidad de comunicarse interactivamente con la máquina y modificar sus comportamiento. Este protagonismo, esta emancipación de receptor de mensajes televisivos y radiales a emisor de mensajes en la pantalla de la computadora es, considero a grandes rasgos, lo que hace tan atractiva la pantalla de un ordenador.
La emancipación de la persona
Otra de las oportunidades que brinda la Red de redes, es la posibilidad de la expresión personal. En la postmodernidad, lo local y personal ha cobrado importancia. Los medios masivos, productos de la modernidad, solo permitían conocer a los grandes personajes de la historia y la farándula. La Internet como producto postmoderno, permite la expresión personal, la comunicación de los pequeños relatos tal vez sin importancia para el mundo, la comunicación del punto de vista personal a miles de kilómetro de distancia. Es así como se han desarrollado un interés mundial por las páginas personales. Los llamados “blogs”, diarios personales o bitácoras están de moda y hasta compiten con la hegemonía de las grandes cadenas de noticias ya que nos permiten acceder a información no censurada ni filtrada por los medios.
Como persona y como profesional, me he interesado en tener un sitio personal en la Internet principalmente por la posibilidad de expresión personal asincrónica y sin las barreras de espacio. Guardadas las proporciones, tener un sitio en la Red es como disfrutar del mítico don de la ubicuidad: donde quiera haya un ordenador conectado a la Internet, allí puedes llegar, allí puedes estar con tu palabra oral o escrita, con tu imagen fija o en movimiento.
Mi experiencia con la Internet
Mi trabajo como profesor, gracias a las TICs se ha visto increíblemente potenciado. Ya mis alumnos no necesitan exclusivamente estar frente a mí en un salón de clases para aprender. Si por alguna circunstancia no puede ir a la ciudadela universitaria, desde cualquier ciudad adonde vayan, pueden entrar a mi aula virtual con su nombre de usuario y su clave y acceder a su curso, desarrollar actividades y comunicarse conmigo bien sea sincrónicamente a través del Chat o asincrónicamente, a través del correo electrónico. Esto realmente es una gran ventaja para el aprendizaje y una forma de vivir sin las preocupaciones del tiempo y el espacio.
Como persona, la Internet nos permite darnos a conocer a los demás en aspectos importantes de nuestra vida que en la vida diaria tenemos pocas oportunidades de dar a conocer: puntos de vista políticos, aficiones, inclinaciones estéticas. En síntesis, no simplemente el formal perfil profesional tiene lugar en la Red sino todo aquello que a menudo no se comunica, lo que nos caracteriza como personas únicas, diferentes.