El LENGUAJE COMO ESENCIA DEL HOMBRE

  • Posted on: 11 June 2007
  • By: ocarcamob

Por: Orlando Cárcamo Berrío

El ser humano es tan complejo en su constitución fisiológica, espiritual y social que nos hace pensar y suponer un origen distinto al de la simple evolución del mono en hombre, en su creación por parte de una inteligencia suprema, una creación divina. Solo un ser perfecto podría pensar crear otro con toda la coherencia y las posibilidades también de llegar a ser perfecto a través de un instrumento excelso de la inteligencia: el lenguaje

Hablar del hombre como creación, es hablar de lenguaje, de comunicación. El hombre se define como tal a través del maravilloso instrumento del lenguaje. Sin ser exagerado, el hombre es puro lenguaje. Quitémosle la capacidad innata de la comunicación a través de códigos y solo nos queda un ser con apenas posibilidades instintivas y limitadas de comunicación; un ser sin pensamiento: un animal.

Es que todo en el hombre es lenguaje. Desde el momento mismo de la concepción ya somos por el lenguaje. Entre el óvulo y el espermatozoide existe un cruce de información genética (comunicación)  que configura al nuevo ser humano. Esta comunicación intergenética es tan sorprendente que ya los científicos están interviniendo esta comunicación para crear seres humanos  más sanos o definir características físicas futuras.

Es más, al interior del hombre, en su constitución celular y nerviosa, subyace una compleja red de comunicación a través de códigos que los científicos tratan de comprender para ayudar a preservar la vida. Al interior  de la mente humana existe un metalenguaje, un código interno de comunicación que no alcanzamos a descifrar algo así como el código de unos y ceros que subyace internamente en el cerebro o procesador del computador. He aquí entonces por qué se puede hablar de universales lingüísticos.

En conclusión, el hombre es un ser de lenguaje. El gran reto del hombre hacia el futuro está en el lenguaje. Si el hombre pudiera descubrir los códigos que posibilitan esta compleja red de información que subyace dentro de sí, podría incluso pensarse en la posibilidad de perpetuar la vida pensante.