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La Conexión Emocional que te Une al Azúcar

Cómo las emociones moldean nuestra relación con lo dulce

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Escrito por: Prof. Orlando Cárcamo Berrío

Orlando Cárcamo disfrutando una cena saludable

El placer de la comida también puede ser un acto consciente y equilibrado.

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Desde niños aprendimos una ecuación simple: dulce es igual a alegría. Cumpleaños, premios, celebraciones e incluso consuelos llegaban en forma de pasteles, golosinas o bebidas azucaradas. Sin darnos cuenta, nuestro cerebro grabó a fuego esa relación: placer es igual a azúcar. Con el tiempo, esa conexión se hizo tan fuerte que hoy, de adultos, seguimos buscando ese sabor no solo por gusto, sino por una profunda necesidad de sentirnos bien.

El Lenguaje Emocional del Azúcar

En nuestra cultura latina, el azúcar no solo endulza alimentos; endulza afectos. Una madre que añade "un poquito más" de azúcar a la leche como gesto de cariño; unos abuelos que consienten con dulces. En cada fiesta, la torta azucarada es el corazón del momento feliz.

Esta asociación constante crea una huella profunda en la mente. Lo dulce se convierte en un lenguaje. Por eso, tras un día difícil, buscamos consuelo en un postre o un chocolate. No es solo un antojo: es una memoria afectiva que nuestro cerebro reclama, activando la dopamina, el neurotransmisor del placer.

Dopamina: La Recompensa Química de tu Cerebro

Cada vez que consumes azúcar, tu cerebro libera dopamina, la misma sustancia que se activa cuando logras una meta o recibes una buena noticia. Esto genera una ola de bienestar inmediato... pero es una solución de doble filo.

El problema es que el cerebro se acostumbra a este estímulo. Con el tiempo, necesitas cada vez más azúcar para sentir el mismo efecto. Se crea un ciclo de hábito y recompensa difícil de romper. Es un ciclo similar al del consumo de drogas alucinógenas.

El azúcar puede secuestrar las vías de recompensa del cerebro de una forma sorprendentemente similar a como lo hacen las sustancias adictivas (Avena et al., 2008).

Del Hábito Social a la Dependencia Emocional

En la adolescencia, el azúcar se consolidó como el combustible social: refrescos, batidos y postres en cada encuentro. Esa costumbre se arraigó hasta convertirse en una creencia: “una comida sin postre está incompleta”.

Hoy entendemos las consecuencias. El exceso de azúcar no solo daña la salud física, sino que refuerza una dependencia emocional. Muchos lo usan como un tranquilizante rápido contra el estrés, la ansiedad o la soledad. Es un “autoconsuelo” fugaz que, a menudo, deja un vacío mayor.

Del Placer a la enfermedad

¿Por qué crees que en muchos productos del supermercado estampan un sello bien grande que dice "Exceso en azúcares"?

Etiqueta de advertencia de exceso de azúcares en botella de Coca-Cola
El placer dulce de hoy puede ser el peso amargo de mañana.

La respuesta es sencilla. El consumo habitual de alimentos azucarados produce muchas enfermedades y problemas de salud, entre ellos obesidad y abdomen prominente (Mardones et al., 2020Guaresti et. al., 2024); diabetes tipo 2 (Malik y otros 2010); problemas de salud mental (Pérez et al, 2023); riesgo de enfermedades cardiovasculares (Yang et al, 2014); envejecimiento prematuro (Misra et. al., 2016); problemas en la salud oral, sangrado de encías y pérdida de dientes (González et al., 2013). Debo enfatiza que el riesgo está en el consumo excesivo de azúcares o productos azucarados. Un consumo moderado no es causante de enfermedades.

Dulzura artificial vs. dulzura natural

Etiqueta de advertencia de exceso en azúcares en botella de Coca-Cola
El exceso de azúcar se disfraza de placer cotidiano.
Frutas frescas y jugo natural sobre una mesa de madera
La dulzura natural, con moderación, es suficiente para nutrir sin enfermar.

Reprograma tu Mente, Reeduca tu Paladar

La gran noticia es que este aprendizaje se puede revertir. Tu cerebro y tu paladar se adaptan. Al reducir el consumo de productos azucarados progresivamente, no solo mejoras tu salud, sino que redescubres el sabor real de los alimentos. Las frutas se vuelven explosivamente dulces, el café revela sus matices y tu cuerpo se siente más ligero y enérgico.

La clave es empezar a asociar la satisfacción con hábitos saludables: el placer de una caminata al aire libre, un vaso de agua helada tras entrenar, una conversación que te nutre el alma. Se trata de cambiar el placer rápido por el bienestar duradero.

Conclusión: Libérate y Elige tu Placer

El azúcar fue, por años, el sabor del afecto. Hoy sabemos que la verdadera felicidad no está en una cucharada extra, sino en la conciencia con la que elegimos nutrirnos.

Aprender a disfrutar sin depender del exceso de dulce es un acto de libertad. Es enseñarle a tu cerebro que el mayor placer no viene de un producto, sino de la vida misma.

Tu Primer Paso: te propongo un reto simple esta semana: identifica un solo momento del día en que recurres al azúcar por emoción (estrés, aburrimiento, cansancio) y sustitúyelo por una acción de 5 minutos que te genere bienestar real. ¿Una pausa para respirar? ¿Escuchar tu canción favorita? ¿Salir a tomar el sol?

Cuéntame en los comentarios cómo te va.

Referencias

  • Mardones, Lorena, Villagrán, Marcelo, Petermann-Rocha, Fanny, Leiva, Ana María, Celis-Morales, Carlos, & Martínez-Sanguinetti, María Adela. (2020). Consumo de azúcares totales y su asociación con obesidad en población chilena - Resultados del estudio GENADIO. Revista médica de Chile148(7), 906-914. https://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872020000700906
  • Guaresti G, Clausen M, Espínola N, Graciano A, Guarnieri L, Perelli L, et al. (2024). Obesidad infantil y bebidas azucaradas en Río Negro: carga de enfermedad e impacto esperado de la Ley 27642 de Promoción de la Alimentación Saludable. Arch Argent Pediatr. 2024;122(6):e202310109. doi: http://dx.doi.org/10.5546/aap.2023-10109
  • Malik, V. S., Willett, W. C., & Hu, F. B. (2010). Sugar-sweetened beverages and risk of type 2 diabetes: a meta-analysis. The American Journal of Clinical Nutrition, 91(6), 1550-1559. Retrieved from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20693348/
  • Pérez, Oskarly & Wilches Visbal, Jorge & Ospino, Sherryl. (2023). Azúcares añadidos y su relación con la salud mental. Revista avances en salud. 7. 26-32. 10.21897/25394622.3301. Recuperado desde: https://doi.org/10.21897/25394622.3492
  • Yang, Q., Zhang, Z., Gregg, E. W., Flanders, W. D., Merritt, R., & Hu, F. B. (2014). Added sugar intake and cardiovascular diseases mortality among US adults. JAMA internal medicine174(4), 516–524. https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2013.13563
  • Misra, Varucha & Shrivastava, Ashok & Shukla, S & Ansari, Mohammad Israil. (2016). Effect of sugar intake towards human health. 10.21276/sjm.2016.1.2.2.  Retrieved from: https://saudijournals.com/articles/6670/
  • González Sanz, Ángel Miguel, González Nieto, Blanca Aurora, & González Nieto, Esther. (2013). Salud dental: relación entre la caries dental y el consumo de alimentos. Nutrición Hospitalaria, 28(Supl. 4), 64-71. Recuperado en 19 de octubre de 2025, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112013001000008&lng=es&tlng=es.
  • Avena, N. M., Rada, P., & Hoebel, B. G. (2008). Evidence for sugar addiction: Behavioral and neurochemical effects of intermittent, excessive sugar intake. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 32(1), 20–39. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2007.04.019

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